jueves, 8 de diciembre de 2016

FRAUDE - SUDHUM TEATRO

Cuándo: 8 de Diciembre
A las 20:30 horas
Dónde: Teatro Colón

En: Avda. Marina, 7A, 15001 A Coruña

Sudhum Teatro se adentra en este montaje en la personalidad de Elmyr de Hory (1906-1976). Se dice que entre Santa Eulalia e Ibiza yacen sus restos o, acaso, noventa kilos de guijarros y arena enterrados en un ataúd. Quizá Elmyr contemplara desde una terraza ibicenca los famosos atardeceres en San Antonio de Portmany mientras su féretro viajaba a una vida mejor.
De Hory, de origen húngaro, nació en el seno de una familia adinerada.
Homosexual y judío, fue deportado por los nazis y, acabada la guerra, trató de hacer valer su maestría como pintor en París; allí descubrió que sus labores como falsificador de Picasso le reportarían mucho dinero.
Vendía los cuadros haciéndose pasar por un burgués que había heredado las obras de su familia. Recorrió medio mundo y se hizo bastante reconocido en Estados Unidos (aunque nadie sabía de sus dotes como falsificador de Modigliani, Matisse o Renoir). Durante su etapa en EEUU existen datos contradictorios sobre cómo se ganaba la vida. Los cientos de reproducciones que dejó tras de sí supusieron el inicio de una investigación por parte del FBI: era imposible saber si los cuadros eran o no auténticos. Así que un amante suyo, Fernand Legros, le propuso un negocio perfecto, Elmyr pintaría y Legros cobraría. Elmyr no sacó grandes beneficios de esa unión y, como en toda su vida, sus ‘amigos’ le dejaron con lo justo para que no se muriese de hambre en su casa de Ibiza.
Es ahí, en Ibiza, donde centramos la atención en este montaje. Eran los años sesenta y De Hory no había pintado ni un solo cuadro en España. Lo encarcelaron y cuando salió de prisión llegaron: entrevistas, biografías y la película de Orson Welles ‘Fraude’.
A raíz de esta popularidad De Hory marcó sus últimos instantes de vida. Existen dudas sobre cómo murió. A finales de los sesenta retomó la creación original. Sus cuadros son tan famosos como los pintados por los otros pintores a quienes Elmyr falsificó su estilo. Incluso se dice que llegó a mostrar sus cuadros en una exposición en Madrid un año antes de morir.
En 1976 fue hallado muerto en su casa de Ibiza, que ni siquiera estaba a su nombre. La justicia francesa, española y estadounidense lo requería por varios delitos y él se encontraba cansado para pasar el resto de los días en la cárcel. El misterio de su entierro hizo sospechar a numerosos biógrafos de que su muerte fue la última y más grande falsificación de su vida.

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